domingo, 26 de enero de 2014

LOS COEN LO HAN VUELTO A HACER



Año: 2013
País: Estados Unidos
Director: Joel Coen, Ethan Coen
Reparto: Oscar Isaac, Carey Mulligan, John Goodman, Ethan Phillips, Garrett Hedlund, Justin Timberlake
Género: Drama | Comedia dramática. Música. Road Movie. Años 60

-Por Alejandro García San José-

Si hay una película que considero una de las mejores de los últimos veinte años y que entraría en mi canon de las 10 pelis de mi vida, esa es Fargo, de los hermanos Coen: Joel y Ethan. Una historia de violencia sobre la nieve, una descripción de la América profunda y desconocida, donde destacaba una actriz con grandes dotes para esta profesión y que se llevó un Oscar a su casa, Frances McDormand.
Después de Fargo han seguido haciendo grandes cintas como El gran Lebowski (1998), No es país para viejos (2007) o Valor de Ley (2010). Y este año pasado, tan reciente su adios, nos han legado una película que volverá a perdurar en nuestra memoria durante varios años. A propósito de Llewyn Davis o Inside Llewyn Davis (2013) es una obra de arte, una película redonda hecha con una historia muy simple, la de un perdedor, la del cantante Llewyn Davis que vive a salto de mata en una heladora ciudad, la Nueva York de 1961, donde se debate pensando en qué casa intentará quedarse a dormir la noche siguiente y si alguien le dará una oportunidad para cantar y ganar algunos dólares. El personaje que dibuja Oscar Isaac es de esos que sujetan la historia con todas sus aristas. Un ser en ocasiones encantador, otras no tanto, cuyo caos de vida nos sume en ciertas ocasiones en una congoja difícil de aguantar y al que otras veces pondríamos de patitas en la calle como tantas veces lo hace su "amante ocasional" Jean, una cantante interpretada por Carey Mulligan, con la que comparte un gran diálogo en un parque de la ciudad.

A Llewyn Lewis parece no importarle nadie ni nada; él busca su propio éxito, aunque por debajo de la historia que se ve, planea la de su excompañero musical Mike, quien se suicidó lanzándose desde un puente y una supuesta paternidad con una mujer a la que nunca vemos. También hay relaciones conflictivas con su hermana, con su manager y con todo aquel con quien se cruza. No me atrevería a decir si esto le viene dado al personaje por su carácter algo apático y amargado o porque a causa de tanta desgracia se va tornando en un ser algo antisocial, casi abocado a la marginalidad.
La película tiene también una parte en la que se torna en una road movie, tan típica de los Coen. Un viaje difícil en un coche en las que Llewyn se las tiene que ver con John Goodman y Garrett Hedlund, un músico de jazz enloquecido y un cantante country de pocas palabras. Un viaje de Nueva York a Chicago entre la lluvia y la nieve donde los silencios toman gran importancia.
Otro de los hilos narrativos son los que nos proporcionan las figuras de los gatos, siempre presentes con su figura esquiva y su mirada inteligente.
Pero por encima de todo habríamos de destacar un elemento que se queda en la memoria del espectador: la música. La banda sonora es simplemente espectacular para el que le guste la canción folk o country americana. Canciones sencillas que cuentan historias, pero que en la voz de Oscar Isaac, Carey Mulligan o Justin Timberlake crecen ostensiblemente hasta dejarnos ese buen regusto en el paladar como si estuviéramos catando un buen vino. 
Qué más decir de esta obra de arte. Los Coen la han vuelto a liar. Una historia sencilla, sin esos alardes de violencia a la que nos tienen acostumbrados. Con algo de ese humor que hemos visto en otras películas, pero un humor amargo, doloroso, quizá cruel. Nos hace plantearnos si es posible tener tanta mala suerte y si ese infortunio es causado por un carácter insoportable del personaje o el carácter viene dado por la larga lista de penalidades pasadas. Es decir, lo del huevo y la gallina, ¿quién fue antes?