jueves, 24 de abril de 2014

"POESÍA EN TIEMPOS DE DISOLUCIÓN", en la Universidad de Valladolid

El próximo viernes arranca un curso en la UVA sobre poesía, que contará con la presencia de autores muy interesantes y donde se debatirá entre todos los sectores culturales que circulan alrededor del mundo poético.


martes, 15 de abril de 2014

El poder del silencio. "ES UN DECIR", de Jenn Díaz (Lumen)

Últimamente he leído varias reseñas sobre el libro que Jenn Díaz ha publicado en Lumen. Las leo porque sigo su blog -Fragmentos de interior- y porque uno trata de estar informado, en la medida de lo posible, tanto de lo que se publica en los mass media como de la información que se cuelga en la red, en esas páginas personales de gente casi anónima que demuestra más profesionalidad y amor por la crítica literaria que algunos de esos críticos pagados en los suplementos culturales.
Decía, antes de irme por las ramas, que he leído varias o muchas reseñas sobre Es un decir. En todas se repiten ciertos elementos, como las referencias a la joven edad de la autora y el hecho de que esta no sea su primera novela publicada, sino la cuarta. También se repite de manera constante que hace una narrativa de tipo más bien tradicional y que en su escritura fluyen los ecos de la Matute, de la Gaite, de Delibes o de Clarice Linspector. Y a más a más, como dirían en tierras catalanas, se habla de un tipo de escritura que abarca una temática de índole rural, lo cual debe estar en los antípodas (así lo escribo porque me lo dijo un profesor de Filología ???) de esas narraciones urbanas y ultramodernas que se estilan entre la nueva hornada de escritores españoles.

Hablando ya de mí y de esta magnífica novela, yo conozco a Jenn Díaz por su blog y desde su primera novela, Belfondo, la cual cayó en el panorama literario como un elemento rupturista, o mejor dicho, aperturista frente a lo que se estaba publicando en aquel momento. Luego hemos asistido al apogeo en 2013 de dos libros también de autores nuevos, aunque no tan jóvenes como Jenn, como lo fueron Intemperie, de Jesús Carrasco y Por si se va la luz, de Lara Moreno. Obras todas que vuelven al ámbito de lo rural, que escapan de la ciudad como escenario de sus creaciones. 
Entre la publicación de Belfondo y de Es un decir han pasado tres años y otras dos novelas entre medias: El duelo y la fiesta y Mujer sin hijo. La evolución es clara y la mejora de la escritura es más que evidente. Ojo, no quieran entender aquí que yo esté diciendo que las obras anteriores no eran lo suficientemente buenas. Lo eran, eran libros de una gran madurez, pero donde la autora incurría en ciertas caídas propias de quien aún no domina el arte, pero siempre manteniéndose en un equilibrio formal y estilístico que hacen de su lectura una hermosa experiencia.
En Es un decir asistimos a la historia de Mariela, una niña de 11 años que va a ver como el asesinato de su padre y la visión de ese hombre muerto como si fuera un guiñapo, la van a precipitar hacia una forzada madurez, hacia la revelación de una serie de secretos de esos que la vida guarda y que sólo se abren fruto del azar o del destino, ¿quién lo sabe?. Mariela es una voz potente, perfectamente creíble, una voz que va madurando y que es difícil de olvidar andando el tiempo. 
Mariela abre y cierra la historia. Pero este libro se convierte en una suerte de hilo familiar de marcado carácter femenino: hija, madre y abuela son los personajes principales, además de un tío y un padre asesinado cuya espectral presencia flota a lo largo de las páginas. Cada mujer tiene su historia, debajo de cada mujer subyace un secreto y esto se nos va revelando en breves fragmentos escritos sin alharacas, con aparente sencillez, lo que nos hace ir implicándonos en la historia y querer saber más.
Todo esto se enmarca en un lugar sin nombre, un entorno rural y opresivo donde los silencios parecen tener tanto valor como los diálogos, donde todo se calla porque se sabe y en el que destaca una Mariela que va quebrando esos muros y que se revela ante las injusticias que se le presentan.
Esta entrada se podría alargar mucho más, pero me parece que lo mejor que se puede decir de un libro es que lo compren y lo lean,  no les va a decepcionar y seguramente se lo aconsejen, como uno está haciendo aquí, a sus amigos y allegados. Ahora sólo nos queda decirle a la autora que no se detenga, que siga con esa pasión desbordada por la escritura (y la fotografía) y que nos siga dando estos buenos momentos de literatura.