lunes, 25 de noviembre de 2013

LIBROS PARA LAS NAVIDADES (1)

Como ya se acercan las Navidades, vamos a ir haciendo varias entradas en este blog recomendando libros que a lo mejor no tienen tanta cabida en suplementos culturales, escaparates de librerías o en la zona de los más vendidos en las grandes superficies. Libros que nos gustan tanto por su estética como por su contenido, libros nacionales y extranjeros, libros de narrativa, ensayo, poesía o teatro, en definitiva, libros para regalar y quedar como auténticos reyes (que no magos ni borbones).

1.TRES MUJERES, de Sylvia Plath


Editado por Nórdica Libros, nos encontramos ante una obra de arte ilustrada por Anuska Allepuz y traducida por María Ramos. Este largo poema lo recitó Sylvia Plath por la BBC en 1962, un año antes de morir y bajo las metáforas poéticas se esconden mensajes de hondo calado sobre la mujer o el rechazo de la guerra. 

2.LA CASA DE HOJAS, de Mark Z. Danielewski


Esta magna novela ha sido coeditada en España por dos editoriales jóvenes y pujantes: Pálido Fuego y Alpha Decay. La traducción la ha realizado el siempre solvente Javier Calvo. Estamos ante una obra compleja, imbricada, una novela experimental de maquetación compleja que nos dará unas cuantas horas de lectura y reflexiones, a la par de ser un objeto casi de culto que ya va por la tercera edición.

3.EL CHICO DE LA TROMPETA, de Dorothy Baker


Novela sobre el mundo de la música, del jazz, donde se narra la vida del trompetista Bix Beiderbecke. Un ejemplo de que la narrativa norteamericana de mediados del siglo XX no es sólo cosa de hombres y que esta fantástica escritora, casada con el poeta Howard Baker, supo también tensar la cuerda de la narrativa y conseguir un éxito que llevó este libro al cine y que en Francia, por poner un ejemplo, fue traducida por Boris Vian para Gallimard. Aquí lo edita impecablemente Contraseña Editorial bajo la traducción de Ismael Atracche.

4.POR QUÉ ESCRIBO, de Félix Romeo


Romeo nos dejó muy pronto. Su temprana muerte frutró una carrera que iba in crescendo, una carrera urdida a base de lecturas, de escritos breves en muchos medios de comunicación donde podía percibirse la gran cultura de este escritor aragonés, al que pudimos verle en directo divagando sobre libros y literatura, sobre música o cine, que de todo gustaba. Hoy sería un magnífico bloguero cultural y estaría escribiendo una muy buena novela, una obra de arte. Pero su muerte nos dejó algo huérfanos y hoy, gracias a la labor de los editores de Xórdica, podemos recordar su gran figura con este libro de artículos donde se revela el Romeo más íntimo y cercano.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cine en DVD: VIAS CRUZADAS (The Station Agent), de Thomas McCarthy



La cosa va de tríos. Hace nada reseñábamos La trama nupcial de Jeffrey Eugenides y hablábamos de una relación a tres que tampoco llega a ser un verdadero triángulo. En el caso de esta película, Vías cruzadas, también nos encontramos ante un triángulo, quizá un extraño triángulo compuesto por tres seres muy desiguales, antagónicos, aunque en el fondo poseen un carácter que los puede unir: la soledad, ya sea buscada, ya sea encontrada.

Esta película de carácter independiente fue estrenada en 2003. Dirigida por Thomas McCarthy (The visitor, Win,win), The Station Agent cuenta la historia de Finbar McBride, una persona solitaria y amante de los trenes que sufre de acondroplasia. Este rasgo, visible para todos, lo ha hacho ser una persona con un marcado carácter asocial y hermético. McBride trabaja en una tienda de maquetas de tren junto al dueño de la misma, hasta que éste fallece y a Finbar se le comunica que la tienda va a cerrarse, pero que ha recibido en herencia una casa en New Jersey, más en concreto, la pequeña estación de tren de un pueblo que nos trae a la memoria una de esas poblaciones antes vistas ya en la pequeña pantalla, como es el caso de Doctor en Alaska (salvando las distancias climatológicas y paisajistas).
Este arranque nos lleva a la parte nuclear de la película. El asentamiento de una persona que no supera el 1,35 en una pequeña aldea; se trata de un desconocido que camina silencioso por las vías del tren y que se va a cruzar por casualidad con otros seres solitarios. Uno de ellos es Joe Oramas, vendedor de café en una pequeña camioneta, de origen puertorriqueño y que posee una verborrea y una ausencia de vergüenza que nos provocan varias carcajadas. El otro vértice del triángulo es una figura femenina, Olivia Harris, una mujer madura, con una hermosura en decadencia y una mente inestable a causa de la muerte de su hijo. Veremos cómo evoluciona esta amistad entre los tres y los altibajos que suceden en las relaciones personales.
Hay otros personajes que entran y salen y que acompañan a la imagen principal de Finbar McBride. Es el caso de la bibliotecaria, encarnada por una magnífica Michelle Williams, o Cleo, la vecina de Finbar, una niña regordeta y graciosa cuya mirada hacia él es seguramente la más limpia y carente de prejuicios que haya visto. 
La obra es un drama teñido con ciertos toques de un humor amargo. Recibió varios premios, entre ellos el Bafta al mejor guión original; el del Público, mejor guión y especial del jurado en Sundance y el Especial del Jurado en San Sebastián. Una película breve y redonda donde destaca el papel del actor principal, Peter Dinklage, al que hemos visto recientemente en Juego de Tronos. Es el pilar fundamental sobre el que se asienta la historia y sus silencios confieren todo el dramatismo del que necesitaba dicho personaje.

martes, 12 de noviembre de 2013

LA TRAMA NUPCIAL, de Jeffrey Eugenides

Antes de empezar a desgranar la historia que nos cuenta Eugenides en La trama nupcial, nos gustaría decir que ha merecido mucho mucho la pena dedicarle unas cuantas horas a esta lectura de largo aliento, no compleja, pero sí imbricada con varias tramas argumentales. 
Se cuenta mucho, se habla de una época y de un estado de las cosas que sucedieron y que a menudo vemos plasmadas en las películas. Una época de posthippysmo, de complejos estudios de semiótica en los campus universitarios, de norteamericanos que buscan su propio paraíso en el sudeste asiático y en la India. 
Y en todo ese mundo estereotipado aparece una figura en cierta manera delicada, rara, una figura romántica de nombre Madeleine Hanna y cuyo estatus social es el de una buena ciudadana americana del norte, de padres bien posicionados y cuya vida se encamina irremediablemente a la posesión de un título universitario, un máster y un buen trabajo que le permita vivir a todo tren en un apartamento de Manhattan, yendo a fiestas en casas de amigos, a exposiciones de arte contemporáneo y de vacaciones a Europa.
Pero Madeleine se siente fascinada por la narrativa de finales del XIX escrita por mujeres. Es una romántica convencida y a pesar de haber tenido pocas experiencias amorosas confía en encontrar a su hombre, la persona con la que casarse y llevar a cabo una larga vida marital. A punto de terminar la universidad, de graduarse en Brown junto a otros cientos de estudiantes, Madeleine repasa su vida amorosa y empezamos a ver dibujada la historia de un "no trío amoroso", compuesto por ella misma y dos estudiantes con los que coincide en un seminario de la facultad: Michael Gramaticus y Leonard Bankhead.
Gramaticus es amigo desde primer curso. Una persona muy inteligente que está perdidamente enamorado de la tibia belleza de Madeleine. Su historia personal va a ser uno de los pilares fundamentales del libro. Vamos a ver su periplo de conversión al catolicismo a través de un viaje iniciático que arranca de la decepción amorosa y sigue con la estancia en Francia, Grecia y, finalmente, en la India, donde parecen confirmarse sus creencias religiosas. Es la suya una trama muy interesante, que aparta el núcleo del libro de lo que podría haber sido una simple novela sobre la relación amorosa de Madeleine y Leonard.
Leonard Bankhead es el otro pilar fundamental de la narración de Eugenides. Un personaje muy en la línea de David Foster Wallace, inteligente, fuerte, pero con un grave problema de salud, un trastorno maniaco-depresivo, que lo lleva hasta límites insospechados de paranoia y sufrimiento. Pero Madeleine se ha enamorado de él y piensa que ha de casarse y que podrá domar ese carácter depresivo de Leonard.
A lo largo de la novela se insertan también otros personajes secundarios, cuyos caracteres podemos percibir en breves pinceladas que son muy precisas para hacernos una idea de a quién se quiere describir. Es el caso de los padres de Madeleine: Aalton y Phyllida, de su hermana Alwyn, o del amigo de Gramaticus, compañero de viaje que descubre su homosexualidad en una Grecia rural e inhóspita.
No nos gustaría contar más, pero hay una trama que finaliza en la última página del libro. Hay que leer (creannos que es una lectura que atrapa) esta gran novela que no podríamos meter en ningún canon, ni decir que es el acontecimiento literario de la temporada, pero sí que es una muy buena obra, escrita por un novelista que sabe cuál es su profesión y que tiene una facilidad narrativa muy similar a la de autores como Jonathan Franzen o Richard Ford.