jueves, 27 de febrero de 2014

NUEVO CINE ESPAÑOL ¿UN CAMBIO?

Llevamos varios artículos, críticas y entradas en este y otros blogs avisando del estado comatoso en el que se encuentra el cine español. Estaba claro que el primer enemigo a batir para el Gobierno y el Ministro de "Cultura" J.I.W. eran esas gentes del cine molestas, incómodas, que se atrevían a criticar a un gobierno por sus actuaciones y encima lo decían en público, usando una gala de entrega de premios como escenario para todo tipo de reivindicaciones.
Las consecuencias de esto (además de la ya consabida crisis económica), se han visto rápidamente reflejadas en la cartelera, en el número de producciones y en el panorama de paro y emigración al que han tenido que acogerse no sólo los actores, sino todas las personas que trabajan alrededor de una grabación cinematográfica. El IVA se ha disparado, la cultura es un producto de lujo y en España habrá que contentarse con ver fútbol o el Sálvame en la caja tonta.
Pero no todo es negro negrísimo en este panorama. En estos últimos días he visionado tres cintas muy diferentes de nuevos directores españoles. No me gusta decir eso de jóvenes valores o de arranque fulgurante y tanta palabrería propia de suplementos culturales. No sé su edad exacta, pero sí se que me han aportado un cierto aire de renovación, que me han mantenido pegado a la pantalla y que me han hecho reflexionar. Hablo de películas filmadas con poco presupuesto, con apariencia de cine hecho en casa, pero de una calidad indudable. Aunque también creo que no es apto para un gran público; no son blockbusters ni thrillers de acción. Son cintas que cuentan historias, que narran o dibujan historias de amor y desamor, quizá el tema del que yo he podido extraer esa afinidad entre ellas.
¿Qué películas son? Pues hablo de Mapa, de León Siminiani, Los ilusos, de Jonás Trueba y Stockholm, de Rodrigo Sorogoyen. La primera de es de 2012 y las otras dos son de 2013.

1. MAPA, León Siminiani.
El azar o la causalidad llevan al narrador/voz en off a encaminar su vida hacia la India. Al propio director, que es a la vez el protagonista de este metraje, lo despiden de su trabajo, lo abandona su novia y arranca uno de esos viajes iniciáticos tan propios de generaciones pasadas. Como un hippy o mochilero beatnik se adentra en la India, cámara en mano, dejándose llevar por el trajín de sus gentes, sus trenes, sus niños. Es allí donde el personaje halla el amor, el amor por una mujer llamada (o no) Luna, quien estuvo antes en ese país y cuyos pasos sigue el enamorado como aquel que en versos de San Juan de la Cruz perseguía a la amada cual venado por el campo.Luego regresa a España y vemos el desarrollo de ese amor que se trunca, de nuevo, por azar o porque el destino estaba escrito así. 
Pero más que la historia en sí, lo que me gusta de esta película es la forma de contar, la narración con una voz en off y otra voz en off (la misma) que hace de contrapunto. Hay planos fijos, repeticiones, homenajes al cine, tomas falsas y una metaficción sobre el propio cine que aunque ya hemos visto anteriormente en otras pelis, está muy bien introducida. Además, si la veis en DVD, contiene una gran cantidad de material extra, lo cual se agradece, porque ayuda a comprender mejor el cómo y el por qué de una película.

2.LOS ILUSOS, Jonás Trueba.

Antes de decir nada sobre la película en sí, voy a explicar que a mi Jonás Trueba me parece uno de los directores jóvenes que tiene más cultura cinematográfica. Parece banal, pero es algo que se refleja de forma muy marcada en los dos largos que ha filmado el junior del clan Trueba: Los Ilusos y Todas las canciones hablan de mí. Quizá esta última, con la que se dio a conocer al gran público, posee una narración más clásica, incluyendo algunos juegos de planos y personajes que nos pueden acercar a los maestros de la nouvelle vaue.
Sin embargo, Los Ilusos es una apuesta más arriesgada. Rodada en blanco y negro, hecha de cortes y partes en apariencia inconexas, consigue momentos de gran altura cinematográfica, aunque podamos ver siempre ese poso de homenaje a los grandes maestros del cine, por los que Jonás no ha disimulado nunca su admiración. La imagen de los amigos cruzando por una Plaza Mayor de Madrid vacía -un plano cenital y lejano que se nos queda en la retina-, las constantes referencias literarias, las situaciones aparentemente absurdas, la introducción de la música, ese juego de persecución que uno de los personajes de la película lleva a cabo con el director de cine Javier Rebollo, muy al estilo del cine negro clásico, con callejuelas vacías en un Madrid nocturno. Trueba siempre cuenta con actores que poseen rasgos muy marcados. No podremos olvidar fácilmente los ojos de Aura Garrido en Los Ilusos, o la forma de caminar del actor principal en Todas las canciones hablan de mí.

3. STOCKHOLM, de Rodrigo Sorogoyen.

Quizá la más sorprendente, sobre todo porque tiene un arranque muy normal, con una fiesta de jóvenes en un piso. Allí, el personaje encarnado por Javier Pereira se enamora perdidamente de una chica, Aura Garrido y arranca el tira y afloja entre ambos, el cortejo del hombre hacia la chica que esquiva y esquiva, pero que poco a poco va cediendo terreno ante la insistencia del joven. Los planos se trasladan a las calles nocturnas de Madrid cuando acaba la fiesta. En la soledad de la noche, él sigue en su labor de cortejo y es aquí donde arranca el extrañamiento, un halo de rareza en la historia. Arrancan unos 40 últimos minutos de metraje muy inquietantes y silentes, donde ambos actores dan todo de sí para elevar esta película de apariencia modesta a una gran altura cinematográfica. No contaré más, no debería, pero la impresión de desasosiego que deja en el espectador es, quizá, su mejor carta de presentación. 

Hablamos de tres pelis muy diferentes, de tres formas de ver y entender el cine, pero son tres apuestas arriesgadas que han cosechado buenas críticas, tanto de profesionales como de público, lo que me permite decir que no todo está perdido en el cine español y que necesitamos más proyectos así, sin excesivas pretensiones, pero con una factura que sin ser perfecta.

domingo, 2 de febrero de 2014

SE ACERCAN LOS OSCARS

Este año la producción de cine estadounidense ha dado muy buenos frutos. No existe una película que destaque con claridad sobre las demás, como ha podido suceder en ediciones anteriores, por lo que la lucha se apunta muy reñida entre, sobre todo, las películas que poseen más nominaciones: La gran estafa americana, Gravity, 12 años de esclavitud, etc. Pero puede haber sorpresas, ya que hay películas en apariencia menores, o menos visionadas en las salas de cine, que pueden dar un revolcón a las apuestas. Podría ser el caso de la canadiense Dallas Buyers Club, Nebraska o Her.
Como queda un mes exacto, a lo largo de esta semana vamos a ir poniendo nuestra opinión sobre las pelis que están en esta lotería de los premios. Ya hemos visto casi todas, además de otras que merecerían haber estado nominadas y que por hache o por be, se han quedado fuera, como es el caso de Prisoners, de Denis Villeneuve.
También vamos a hacer nuestra quiniela personal sobre las categorías más destacadas de estos Oscars 2014. Si queréis participar, van a quedar abiertos los comentarios a vuestras opiniones. Este año, la gala va a estar dedicada a un aniversario muy especial, el de El Mago de Oz (Víctor Fleming, 1939). A ver si juntos podemos buscar el camino de baldosas amarillas.